Siendo sinceros, no tiene
nada de malo que pienses en tu futuro, que tengas planes o visión por el
mañana. Pero poner tu mirada únicamente en el futuro si puede afectar tu
presente.
La culpa, como lo
mencionamos en el artículo anterior, no te permite avanzar ni crecer. Si te das
cuenta, la culpa es vivir estancados en el pasado. Eventos pasados que por
mucho que te culpes o culpes a los demás, no cambiará nada.
Por otra parte, al pensar
demasiado en el futuro le llamamos preocupación. La preocupación es pensar
tanto en los acontecimientos futuros que te olvidas completamente del presente.
¿Qué haré mañana? ¿A dónde iré la próxima semana? ¿Podré pagar mis deudas el próximo
mes? ¿Qué estudiaré el próximo año? ¿Cómo será el mundo en diez años? La
preocupación tampoco te conduce a nada; bueno, tal vez te lleve a tener un poco
de ansiedad y desesperación.
Vives tan preocupado por
el mañana que has olvidado que éste depende de cómo vives tu presente.
Piensa en el pasado, solo
en función de aprender la lección y corregir el camino. Piensa en el futuro,
solo en función de disfrutar del trabajo y el esfuerzo hecho en el presente.
Planea, esto te ayudará a
tener una mejor visión de tu futuro. Seguro que habrá imprevistos, pero con paciencia
y esfuerzo podrás salir adelante.
Un viejo adagio chino reza
así: “Si tienes un problema que no tiene solución, ¿Para qué te preocupas? Y si
tiene solución, ¿Para qué te preocupas?”.
No me mal interpretes, no
pretendo que vayas por la vida despreocupado de tus obligaciones. Lo que digo,
es que debes darle el lugar y el momento correcto a todo en tu vida.
No permitas que la preocupación
por el porvenir te impida disfrutar y aprovechar al máximo tu presente.
Recuerda: “El ayer es historia, el mañana un misterio, el hoy es un regalo, por
eso se llama presente”.
Trascender es preocuparte
menos y esforzarte más.
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